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viernes, 17 de marzo de 2017

LAS AMAZONAS- Mujeres Guerras de Carne y Hueso


Existe una abundante literatura y descubrimientos arqueológicos que nos revelan la existencia de estas excepcionales mujeres guerreras de la antigüedad. Es posiblemente por su organización y modo de vida matriarcal, que se resiste a ser aceptada como realidad histórica. Las descripciones homéricas sobre mujeres capaces de existir sin hombres y vencerlos en batallas, difícilmente son aceptadas por la sociedad en la que vivimos marcado por su fuerte convinción de que las mujeres no sabemos hacer nada sin un hombre a nuestro lado. Dagad mag. quiere rendir tributo a estas valerosas mujeres desenterrando sus más olvidados secretos… dónde vivían, cómo gobernaban sus ciudades, qué deidades veneraban… Aparte de las referencias de historiadores griegos, legados artísticos que las representan y diversos hallazgos arqueológicos, quiero hacer referencia a las descripciones que la escritora medieval Christine de Pisan detalló en su libro La Ciudad de las Damas, sobre las amazonas. Las describe literamente así: »Lindando con Europa, a orillas del gran mar Océano que rodea el mundo, hay una región llamada Escitia o tierra de los Escitas. Sucedió un día que por estragos de la guerra aquel país se vio privado de todos sus hombres. Al ver que todas habían perdido a sus maridos, padres y hermanos, y que sólo quedaban ancianos y niños, las mujeres del país se reunieron en asamblea para deliberar. Decidieron entonces valientemente que en adelante gobernarían el reino sin tutela masculina y promulgaron una ley que prohibía a los hombres el acceso al territorio. Sin embargo, para asegurar su descendencia, en ciertas épocas del año, en un ir y venir, viajaban a los países vecinos’. Si daban a luz hijos varones, los devolvían a sus padres, mientras que si eran hijas se encargaban de su educación. Para aplicar esa ley eligieron a dos mujeres entre las más nobles, una llamada Lanfeto y la otra Martesia, y las coronaron reinas. Acto seguido, echaron del país a todos los hombres que quedaban, armáronse formando numerosos batallones compuestos únicamente por damas y jóvenes doncellas y atacaron a sus enemigos, dejando sus tierras reducidas a cenizas. Nadie pudo resistir ante ellas, que vengaron así la muerte de sus maridos. »De esta manera empezaron las mujeres escitas a llevar las armas. Luego lIamáronse «amazonas», lo que significa «que ha sufrido la ablación de un pecho». Tenían en efecto por costumbre quemar según una técnica propia de ellas el pecho izquierdo de las niñas de la alta nobleza para que no las molestara el escudo, mientras que a las de menor rango, que tenían que tirar al arco, les quitaban el pecho derecho. Dedicáronse con sumo placer a las artes marciales, ampliando por la fuerza sus dominios, y su fama dio la vuelta al mundo. Ahora bien, retomando mi discurso, Lanfeto y Martesia, después de invadir muchos países, acabaron por conquistar gran parte de Europa y Asia y las sometieron al imperio de su ley. Fundaron numerosas ciudades, en particular Éfeso, en Asia, ciudad que fue famosa y lo sigue siendo. La primera reina en morir fue Martesia, que cayó en el combate. Para sucederla, las amazonas coronaron a una de sus hijas, doncella noble y hermosa, llamada Sínope. Ella era tan altiva y orgullosa que prefirió la virginidad y no se juntó jamás con un hombre. Sólo tuvo una pasión y único cuidado, e! ejercicio de las armas. Nada podía saciar su hambre conquistadora a la hora de invadir y apoderarse de tierras. Vengó la muerte de su madre de modo ejemplar, pasando a todos los habitantes del país enemigo por el filo de la espada, y tras arrasar sus tierras, siguió con la conquista de otros dominios.>> Descritas en la Ilíada como antianeirai –que significa las que van a la guerra como hombres– y por Herodoto androktones , esto es, asesinas de hombres, también se les tomaba como guerreras valientes, nobles y dignas. Nunca se les muestra en batalla crueles, pérfidas o cobardes y hay escenas en que se les ve rescatando compañeras heridas arriesgando su vida.

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