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sábado, 19 de enero de 2019

Las palabras de Romina Arana ante el retiro

Romina Arana, una gran y experiementada artista marcial vinculada al muay thai, decidió dar las hurras y retirarse con decisión y sin titubear. Lo hizo con cáalidas y sentidas palabras que transcribimos a continuación. Romina marcó un camino y dejó el tendal por donde transitarán nuevas generaciones de peleadoras que recogerán su enseñanza. Las despedidas son tristes pero hay que respetar lo que la protagonista decide. Fuiste una Gloriosa Guerrera Romina y todos te recordarán como tal. Pionera y Maestra te abrazamos y te veneramos. Oficialmente fuera del muaythai. Cerré un ciclo que duró quince años. Quince años de experiencias maravillosas y otras no tanto. Me voy por la puerta grande, feliz y satisfecha por todo lo que el muaythai me dio pero especialmente por todo lo que le di al muaythai. Hice historia en más de un aspecto, fui pionera, creadora y defensora del muaythai. Mi papel en el muaythai argentino fue decisivo, le pese a quien le pese, le alegre a quien le alegre. Y digo esto porque durante mucho tiempo no me permití asumir ese papel, me daba pánico la soberbia, la arrogancia. Y me mantuve a la sombra de otros aún siendo un pilar fundamental de todo lo que ocurría. Hoy me reconozco todo, me felicito y me alegro por todo lo que hice: Fui una de las primeras (si no la primera) peleadora de muaythai de Argentina. Todas las peleas que hice con reglas de muaythai fueron contra otros países, porque ninguna chica argentina aceptó pelear muaythai conmigo, en su momento. Fui la primera argentina en representar al país en torneos sudamericanos, ganando medalla de oro en 5 oportunidades y el primer título sudamericano jamás disputado. Fui la primera peleadora argentina en representar al país en tailandia y en un mundial. Fui la primera mujer árbitro y juez de muaythai y soy todavía la única certificada como tal por IFMA. Fui una de las principales organizadoras de torneos del país, desempeñando todos los papeles posibles en cada evento: organicé, fiscalicé, conduje, presenté, fallé, arbitré y peleé, todo en un mismo evento. Fui la organizadora del primer torneo sudamericano con 20 combates internacionales profesionales, en el que pelearon las dos más grandes peleadoras de muaythai: Valentina y Antonina Shevchenko, entre otros grandes peleadores. Fui quien contactó y contrató de manera personal y directa, por primera y única vez en la historia, al gran Ramon Dekkers para traerlo luego al país y compartir con él una semana de aprendizaje, en todo sentido. Fui quien contactó de manera personal y directa, por primera y única vez en la historia, al gran Dida Diafat, quien derrotó en dos oportunidades a Dekkers, para traerlo luego al país y ser parte, una vez más, de otro evento histórico. Fui quien organizó junto a la embajada de Tailandia y a Miguel Carpinacci, el primer seminario de muaythai del país de la mano de maestros originarios, gratuito y abierto a toda la comunidad. De estas experiencias en particular descubrí quiénes me querían ver crecer y quiénes querían serrucharme el piso sin el menor prurito. Fui miembro de delegaciones argentinas en incontables oportunidades en todo el territorio sudamericano: Uruguay, Paraguay, Chile, Bolivia, Brasil, Perú, etc. Fui tres veces a Tailandia como representante de la delegación argentina y como atleta, instruyendome en los mejores campos de entrenamiento del norte, centro y sur de Tailandia: Lanna Muaythai Camp, Rompo Gym, Lukbharnyai Camp, J-Prappa Camp, Sinbi Muaythai Camp, etc. Fui la representante de la Comisión Femenina y me voy dejándola acéfala ya que ninguna otra mujer quiso asumir el papel de directora, sabiendo del esfuerzo y el trabajo que requiere, aún teniendo el terreno allanado y contando con herramientas creadas por mí que hoy se replican en otros países. Fui la representante del programa Sport is Your Gang y me voy dejándolo también acéfalo porque, a pesar de haber gente que trabaja actualmente bajo la modalidad del programa, ninguno asumió el compromiso y la responsabilidad de llevarlo adelante. Me voy siendo la primera profesora graduada de la Argentina, reconociendo a la escuela Muaythai Argentina como la única que exige en sus exámenes como ninguna otra. Así me exigió a mí a lo largo de los seis años ininterrumpidos de evaluación, rindiendo casi todos mis exámenes en combates contra hombres que nada me regalaban, porque tampoco había mujeres que pudieran ser sparring apropiado. Me voy habiendo rechazado la graduación ofrecida en su momento por el maestro Ekger Mono, ya que de ninguna manera podía aceptar la misma graduación que le daba, pago mediante, a personajes nefastos del ambiente que sabían de muaythai lo que yo de medicina. Me voy con la tranquilidad de no haberme apartado jamás de mis principios, a pesar de tantas oportunidades que tuve de traicionarlos. Me voy habiendo reconocido siempre a mi maestro, Miguel Carpinacci, a pesar de todas las diferencias que tuvimos, porque yo no me olvido de quién me enseñó todo cuando no sabía nada. Me voy con la tranquilidad de haberle sido leal, siempre, en un ambiente en el que son pocos los que pueden decir lo mismo. Todo esto y mucho, muchísimo más que tardaría horas en enumerar. Me voy por la puerta grande, me voy feliz. Me voy sabiendo que ya no tengo nada para ofrecerle al muaythai y que el muaythai ya no tiene nada que ofrecerme a mí. Es hora de otra cosa.

1 comentario:

  1. La mejor profesora y aún más una excelente persona amiga y defensora d todo lo q a Muay Thai se refiere feliz d haber sido su alumno y más por ser un amigo para ella una gran pérdida para este hermoso deporte oss

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