viernes, 19 de septiembre de 2014
Las artes marciales y la mujer
Desde el origen de las más antiguas Artes Marciales, las mujeres han formado parte de la evolución y difusión de las mismas, aunque siempre las Artes Marciales se han promocionado como “cosas de hombres”.
Hay muchos factores que influyen en las diferentes sociedades en el mundo, desde la cultura hasta la educación y hábitos que se transmiten de generación a generación. Esto no es diferente en las Artes Marciales, el hombre es el que va a la guerra, el que protege su hogar, defiende su familia, etc., pero a lo largo de la historia, las cosas fueron cambiando y de a poco las mujeres comenzaron a conquistar lugares en la sociedad merecidos pero postergados, no solamente por el machismo; sino por la falta de oportunidades.
En cuanto a las Artes Marciales, era muy común creer que una mujer no podía jamás derrotar a un hombre en combate, aún cuando estas Artes surgieron para que hombres más débiles pudieran derrotar a hombres más fuertes empleando técnicas y no fuerza, aún así prevalecía la palabra “hombres”, dejando a las mujeres en un segundo plano.
A pesar de esto, la historia destaca a grandes guerreras, Maestras de Artes Marciales que surgieron en diferentes Continentes y llevaron sus Estilos a lo más alto del terreno marcial.
Existen diversos ejemplos que destacan a las mujeres, por ejemplo la fundadora del Wing Chun fue una mujer, la monja Ng Mui le enseñó sus técnicas marciales de Shaolin a Yim Wing Chun, que aprovechó la técnica por encima de la fuerza para derrotar a un hombre que la acosaba. Así surgió el Wing Chun, un Arte reconocido a nivel mundial, efectivo en la defensa personal y que entre otros grandes practicantes tuvo al legendario Bruce Lee, quien se basó en el Wing Chun para crear el Jeet Kune Do.
Otro ejemplo destacable es el de las guerreras Kunoichi, las mujeres Ninjas que en el antiguo Japón se encargaban de adoctrinar a sus hijos, desde pequeños les enseñaban las Artes Ninjas y eran además virtuosas en el Arte de la Invisibilidad, protectoras de sus clanes y expertas asesinas.
En China, muchos Estilos de Kung Fu eran pasados de padres a hijos, pero solamente varones, por lo que muchos Estilos se perdieron por esta regla, aunque muchos Maestros infringiendo esta absurda ley, entrenaron a sus hijas que continuaron y perfeccionaron el Estilo aprendido.
En Okinawa, cuna del Karate; aunque la sociedad también se manejaba con reglas machistas era más flexible que en otras regiones, grandes karatekas surgieron, como por ejemplo la esposa del Maestro Funakoshi que entrenaba junto a él.
El Judo japonés también cuenta y contó con excepcionales Maestras como Keiko Fukuda, alumna directa del fundador Jigoro Kano y la única que continúa viva, enseñando este Arte.
Con el paso del tiempo, con la difusión de las Artes Marciales más allá de Oriente, con los cambios sociales y culturales, las mujeres empezaron a entrenar diversas Artes y deportes de contacto, se crearon divisiones femeninas en campeonatos en todo el mundo y grandes Campeonas comenzaron a surgir.
En Taekwondo, las mujeres han logrado destacar por su gran habilidad articular, flexibilidad superior a la de los hombres, en las Olimpíadas el Judo femenino siempre es de gran calidad y nada tiene que envidiar a las competencias masculinas.
La belleza ornamental que imprimen a Artes como el Wushu, es incomparable y nos recuerda que la palabra Artes se refiere a la belleza a la que se eleva un conjunto de técnicas de combate.
Si nos trasladamos a la actualidad, cuando cada vez más los torneos de Artes Marciales mixtas (MMA) ganan adeptos, podemos asegurar que las mujeres tienen cada vez más reconocimiento en este deporte.
Es reconfortante ver como los Dojos y gimnasios de todo el mundo tienen a más mujeres que entrenan en ellos, y al igual que los hombres concurren por diversos motivos como mejorar la condición física, aprender autodefensa, sociabilizar, etc.
Realmente no recuerdo en este momento ningún Arte Marcial o deporte de contacto que en la actualidad sea exclusivamente entrenado por hombres, porque hasta Artes tan tradicionales como el Sumo, Kendo, Aikido, Muay Thai, etc., cuentan con mujeres practicantes y Maestras de gran categoría, lo que es parte de la evolución de las Artes Marciales y de la sociedad misma.
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